Todo empezó con miles de sonrisas, con besos y caricias y un gran ''hola amor'' y ahora todo termina con miles de preguntas en la garganta, con una lágrima en los ojos y un enorme vació en el corazón...y con un cruel y frío ''adiós''.

La primera vez que lo vi supe que no podía ser bueno. Supe que detrás de esa sonrisa de dientes perfectos no podía haber nada bueno. Ni siquiera en la forma de inocencia fingida con la que me miraba. Pero supongo que la misma parte de mi cabeza que me susurro esas palabras me gritó que era un chico único.
 Era endemoniadamente único.
 Brillaba con luz propia, a mi me había dejado ciega. Supongo que a mi, y a una docena de chicas más. Pero me armé de valor y me acerqué a él, le regale mi mejor sonrisa.
 -Hola – le dije.
 Y no lo supe, pero ese sería el principio del fin. De MI fin.